KARPPI (primera temporada)
Uno de los aciertos de Netflix (desconozco si lo hacen otras plataformas de streaming), ha sido añadir a su catálogo producciones según criterios de calidad y contenido, sin importar el país de origen o el idioma. Lo que se hacía tímidamente en la época de oro del cable, ahora es una costumbre. Así los televidentes podemos descubrir que existe vida más allá de Estados Unidos.
"Karppi" es una serie finlandesa que sigue la línea de los policiales nórdicos "Wallander" y "Sorjonen", tomando el apellido del protagonista para titular la obra.
Como ya es costumbre en casi todas las series policiales modernas, la intriga ya no corre solo por el lado de quién es el criminal sino también vemos los problemas familiares que deben enfrentar los detectives en paralelo con resolver el misterio. En el caso de Sofia Karppi, debe lidiar con la pena de su reciente viudez, la crianza de sus hijos (donde una adolescente rebelde le complica la vida), su madre enferma y su personalidad obsesiva, que la lleva a realizar su trabajo saltándose los protocolos, siendo apartada una y otra vez por su superior, pero reintegrada gracias a sus descubrimientos.
Para los espectadores tercermundistas (como yo), la serie también tiene un aire de ensueño, al transcurrir en Helsinki, una ciudad de grades espacios vacíos, eternamente congelada, donde los niños pequeños se van solos al colegio o toman buses a la periferia como si nada, los adultos tienen mucho tiempo libre y la clase trabajadora vive en casas de dos pisos, cuatro habitaciones, living, comedor, sauna y subterráneo. Y donde el gerente de una multinacional gana "el triple de nuestros dos sueldos sumados", como comenta el detective Nurmi a su colega Karppi (en Chile sería algo así como cien veces más). También se trata tangencialmente el tema del desarrollo sustentable y las energías limpias, algo que los finlandeses asumen con responsabilidad (según nos muestra esta producción) pues, como parte del primer mundo, son los grandes consumidores del planeta.
Yendo a lo narrativo, la serie maneja bien la intriga, al presentarnos un caso donde nada está claro y hay muchas pistas falsas que llevan a los detectives a revelar otros delitos y descubrir otros tantos secretos. En un principio abusa del efecto de dejar el final de cada capítulo con una situación "en suspenso". También hay cierto exceso de escenas de grupos de intervención realizando allanamientos espectaculares, en situaciones donde no parece tan necesario (un sospechoso en su casa, una bodega vacía). O quizá esos son los protocolos policiales en Finlandia, no sabemos.
Pese a lo enredado que a veces se vuelve el caso, los realizadores siempre están refrescándonos la memoria sobre quién es quién y qué hizo, lo que se agradece enormemente, sobre todo porque los nombres son difíciles de retener (Algunos ejemplos: Usko Bergdhal, Alex Hoikkala, Jarkko Vaahtera, Ossi Rannikko, Tapio Koskimäki). Algo similar ocurre con las locaciones, cada sitio tiene elementos característicos que lo hacen reconocible fácilmente. Diseño finlandés.
La relación de la detective Sofia Karppi con un ayudante que le ponen sus superiores, Sakari Nurmi, se desarrolla de manera notable, pasando del rechazo a una complicidad y amistad, sin dejar de lado varias escenas con el famoso concepto gringo URST (UnResolved Sexual Tension, tensión sexual no resuelta), pero ALERTA SPOILER los realizadores tienen el acierto de no ir más allá. La química entre ambos actores/personajes avanza de manera armónica con la mejora de su amistad; los empezamos viendo como dos seres que no tienen nada en común hasta dos policías que no pueden funcionar el uno sin el otro. Mérito de la selección de reparto y los intérpretes (Pihla Viitala y Lauri Tilkanen).
Es una serie entretenida, de capítulos cortos, lo que permite ver varios seguidos sin ocupar todo un día en ello. Entretenida, sin detalles escabrosos para espectadores sensibles. Muy recomendable.
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